Menudeas de manera tan certera
Que alejas la menor probabilidad
De mantener vivo cualquier recuerdo
Y abierto al resquicio de recordarte.
Menudeas de manera tan certera
Que alejas la menor probabilidad
De mantener vivo cualquier recuerdo
Y abierto al resquicio de recordarte.
Pasan los meses sin alzar la voz.
Como cuando observas el atardecer
Y en el horizonte predomina el negro.
Será porque ciertas cuerdas vocales
Se demuestran incapaces de articular
Palabras más allá que las convenientes
En este largo periodo de pandemia.
Sueña la ignorancia con hacerse bella
Y en su falso disfrute decepciona.
Sigue la esperanza pintándose verde
Únicamente en el vidrio de la botella.
No hay nada más perturbador y embarazoso
Que la pérdida inesperada.
Contar con su presencia lejana
Para cimentar los sueños que adornan
La noche, el mediodía , el alba.
Es como un maligno alfiler perdido
En el pajar y sentir como rasga
La piel frágil ante la inesperada
Lanzada.
Es tan inquietante y tan triste a la vez
Que pierdes el color de toda esperanza.
No hay receta para recuperar la calma.
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