No existe verso suficientemente
Perfecto para acicalar tu nombre;
Si aquí lo dijera la caligrafía
Sería descifrable y maldita.
Cualquiera lo leería de noche y día
Y eliminado de inmediato por tus ojos.
Ante la ausencia
No existe verso suficientemente
Perfecto para acicalar tu nombre;
Si aquí lo dijera la caligrafía
Sería descifrable y maldita.
Cualquiera lo leería de noche y día
Y eliminado de inmediato por tus ojos.
Ante la ausencia
No hay nada más perturbador y embarazoso
Que la pérdida inesperada.
Contar con su presencia lejana
Para cimentar los sueños que adornan
La noche, el mediodía , el alba.
Es como un maligno alfiler perdido
En el pajar y sentir como rasga
La piel frágil ante la inesperada
Lanzada.
Es tan inquietante y tan triste a la vez
Que pierdes el color de toda esperanza.
No hay receta para recuperar la calma.