El compartir un libro - a veces - significa que entregas algo tuyo de manera altruista. No hablo del prestar un libro - que habitualmente significa perderlo para siempre - sino de leer el mismo contenido desde un montón de pares de ojos distintos.
He de reconocer que no lo he hecho muchas veces. Prefiero leer a solas y soy muy celoso en cuanto a lo que me transmite el autor. Pero en el caso de Rompepistas - el primer libro del club de lectura - he de confesar que ha sido estimulante. La temática me era familiar. En cierta medida cuenta las andanzas que uno mismo experimentó no hace mucho, 😂 cuando era adolescente. Ambiente familiar, música aún presente en mi discografía y en cierta medida un desarrollo que bien podría haber sido el propio Rompepistas o el Chopped.
El libro ha tenido fases. Al inicio del mismo, la forma de presentarlo no me agradó. Sin embargo, cuando empezó a avanzar las intrahistorias que presenta, incluyendo a un grupo como The Clash, rápidamente me enganchó. Igual hubo algunas páginas - después - que leí con desgana, pero según se iba aproximando el final, terminé con la sensación de que El Rompepistas puede presentarse como una novela juvenil escrita con continuos guiños para lectores más adultos. Hay que asegurarse el máximo de lectores posibles, ¿ no creéis?
Hace muchos años, en una galaxia muy lejana, lo más cercano a un club de lectura para mí era la creación de un blog y el seguimiento de tantos otros. Supongo que la inmediatez de las redes sociales actuales terminó por dejarlo como algo desfasado, quien sabe. Este que se cerró - excepcionalmente para vosotros - se ha vuelto a abrir. Una biografía literaria desde 2008