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De la red. Nada que ver con los míos marrones - verdosos junto al Mar |
Miro todos los colores
Como si fuera la primera vez,
Como volver a la niñez
O sentir aquellos viejos amores
Que me hicieron estar bien
- Al menos en ese primer momento -
Miro el deslumbrante blanco:
Puro, incorrupto, casi casi santo;
Un eterno y dulce canto
Que habla de amistad, de paz...
En aquel banco
Granítico de Santa Cruz
Que poco a poco ha oscurecido su ánimo,
Transformándose en un negro
Otoñal grisáceo ; tan ordinario
Tan singular, que se hace extraordinario
Y reluce más que el propio blanco.
Miro ese profundo azul:
El majestuoso cielo de sus ojos,
El centro de esos antojos
Que se encuentran ocultos en el baúl
Vetusto de mi corazón;
Ese inmenso mar que no ahoga mis penas,
Sino que muy al contrario las recrea
En un pernicioso juego,
Tan atractivo como peligroso,
Lleno de caricias, fango amoroso
De color colorao, rojo.
Miro todos los colores
sin encontrar el efecto;
Soy un enfermo daltoniano
Que busca el color perfecto:
El color de tus mejillas,
Y las olas de tus ojos,
La sonrisa de tus labios
Y el reflejo de tu rostro.
Mi mirada en tus pupilas,
Y las manos en tu tez,
El sabor de mi saliva
Eyacula tu querer.
El rocío en tu vello,
La humedad sobre tu piel,
el esfuerzo ya lo ha dicho
- El placer ni que pintado -
Su color a mí también.
Inéditos.
Año 1991