Me quedan cuatrocientas pulsaciones
Para crear el poema más bello
Que nadie haya imaginado en la vida.
Posiblemente los endecasílabos
Anteriores no sean recitados
Jamás en ningún evento poético,
Ni tan siquiera los recuerdes al
Apartar la vista de la pantalla,
Y ocultos duerman en cualquier Rincón
De tu alma, para sorprenderte, no
Dudes, cualquier mañana inesperada,
Cuando tus labios reciten inquietos
Los versos más bellos que jamás te hayan
Dicho, aún ignorando cómo surgieron.
Mis cuatrocientas pulsaciones para
Crear el poema más bello de la
Historia, reposarán en tus labios,
Como aquellos besos que debimos darnos
Antes de emigrar a labios extranjeros
Sintiendo, pulso a pulso, que son nuestros.
Mi entrada nº 400.
Un guiño muy personal, con dos versos de hace muchos años - en cursiva - y que con las mismas letras significan un bello giro. Una revisión que me ha encantado.
Mañana, al despertar, ahí seguirán. Y en vuestros labios - si cabe - cobrarán sentido.