Estos días he estado, ya viene siendo una sana costumbre, en Granada con mis alumnos y alumnas para que descubran el paraíso. Como novedad este año hemos ido al teatro, para que puedan sentir y ver, puedan empezar a comportarse como ciudadanos, sin más pretensión de que vayan descubriendo aspectos de la vida que, aunque sean poco significativos, dan sentido y satisfacción. Os pongo, con el permiso de sus autores, dos cosillas. Lo primero es una opinión, a bote pronto de una alumna sobre lo que ha sido la excursión. Y lo segundo es un video que la productora ha puesto en su página web, y donde salen varios alumnas comentando sus impresiones. A mí me incluyen en el video, evidentemente por mi extremado atractivo , pero lo importante es lo que dicen los demás.
Por fin en casa. Había estado los últimos 5 días durmiendo en una cama, en un lugar donde nunca había estado. Junto a 2 personas más. Quienes no me dejaban dormir nunca, cosa que agradezco. O quizá era yo la que no dejaba dormir, quién sabe. Quedan como testigos de esto los vecinos que nos rodeaban, aquellos quienes gritaban por los pasillos y tocaban las puertas, por joder. Y después de haber dormido durante unas 3 horas, tocaba despertarse para caminar durante unas 5. Para parar a comer y seguir caminando durante otras tantas. Pero, ¿y la de cosas que veíamos, hacíamos y reíamos durante todas esas horas? Pude detener el tiempo en uno de esos días para darme cuenta de que estaba haciendo cosas que nunca antes había hecho como, por ejemplo, un pequeño muñeco de nieve, que hice el último día, por la mañana. Además de darme cuenta de que soy incapaz de seguir el ritmo del resto del grupo dentro de cualquier museo. Quedo hipnotizada y perdida en cada una de las cosas que veo y siempre quedo atrás.
Tras casi perder todas las cosas importantes que llevaba en la maleta, hoy la he desecho. Ha sido raro que no haya perdido nada, por lo menos, por ahora no hecho nada en falta.
No quiero describir este viaje por adjetivos, sino por historias.
Granada, un honor. Volveré.
Un horizonte amarillo en los ojos - El público opina from
Remiendo Teatro on
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