Han sido 9 meses fugaces. La mitad tras una pantalla y la complementaria bajo mascarillas. De ahí lo difícil de reconocer rostros. Se quedan las miradas, eso sí.
Es curioso lo significativo que puede llegar a ser una presencia cotidiana, el mismo lugar , a las mismas horas del día. El mismo escenario y sus protagonistas, cambiantes al albur de los minutos.
Y queda todo bajo una mística fina que recubre la sensibilidad de hasta el más castellano. Me he dado cuenta que esta promoción que irremediablemente se marcha - como tantas otras - inicia una inexorable cuenta atrás. En 10 años no existirán bancos vacíos y árboles robustos en mi historia diaria. Y como el sabor permanente del buen café en la boca, paladeas cada uno de esos momentos de mayo - el mes idóneo para terminar los cursos al igual que el de septiembre es para empezarlos - a pesar que el regusto desemboca finalmente en amargo.
Queda - por tanto - la sensación que es un año más. Pero que va. Este año tiene algo. Desconozco aún lo que es. Igual debo culpar a los que - de repente y sin avisar - se han marchado.
D.e.p. todos quienes se han ido.
ResponderEliminarFalta un año por lo menos, de medidas... Ojalá que las medidas no sean olvidadas y las practiquemos siempre. Al menos que quien se resfríe, tenga el respeto de usar mascarilla mientras se alivia, en vez de andar repartiendo besos y abrazos con toda la irresponsabilidad de antes.
Algo bueno deberemos de practicar en adelante. No todo será negativo.
Un abrazo.
Las responsabilidades siempre han existido. Esta entrada es un homenaje a unos alumnos
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El fin de curso ya se huele. Un curso complicado pero mejor de lo que se temía. Y todo pese a nuestros políticos y consejeros.
ResponderEliminarUn saludo.
Difícil, muy difícil
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Se va un tiempo, nos deja como si no hubiera existido, un tiempo desaprovechado, un año no cumplido, unas enseñanzas mal aprendidas. Hoy me ha ocurrido algo, estaba en la calle y he bostezado, no me he puesto la mano en la boca, lo he estado haciendo durante este tiempo aun con mascarilla. Me he sentido mal. Abrazos
ResponderEliminarEsperemos que el próximo bostezo sea mostrando el rostro
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Llevas razón, este año quieren hacérnoslo ver como igual a otros, pero es muy distinto, ha venido agazapado tras la mascarilla.
ResponderEliminarUn año agazapado
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Esta emotiva reflexión sobre un curso tan especial como este, de aulas vacías, de calles solitarias, de distanciamiento humano, está muy bien reflejada en esa evocadora fotografía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, aulas siempre rebosantes de entusiasmo
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La fotografía, refleja el curso que se va... sin apenas haber llegado.
ResponderEliminarD.E.P. por todas las partidas de este curso.
Un beso.
El espacio vacío no es ausencia
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Podría ser peor, podría haber vuelto a comenzar el 2020, al estilo "2020 2: La venganza de los covidiotas" o algo así. Aunque, es cierto, todavía queda tiempo para eso...
ResponderEliminarSaludos,
J.
Queda tiempo para ver si repetimos curso
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Sí, ha pasado y cuenta como uno más. Pero no hemos vivido ni la mitad de él. Y tampoco lo podremos recuperar. Año raro.
ResponderEliminarBesos.
Será cuestión de acumular el doble en cuando se pueda
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Año para olvidar...al menos en mi caso...
ResponderEliminarBesos.
Lo bueno es que ha pasado
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Tiempos difíciles para todos. Un año largo donde las percepciones han cambiado.
ResponderEliminarLos que se fueron y los que quedamos unidos por la extrañeza.
Besos.
lo bueno es que se suceden, inevitablemente
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El año pasado y este nos quedará perenne en la memoria por las dichosas / benditas mascarillas...
ResponderEliminarOtro curso que se nos va, otro verano que se nos viene...
besos
Que sea de provecho
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