de Nicole Emparanza |
Montmartre. 2016
Nicole se puso muy pesada - quiero ver la cúpula iluminada del Sacre Coeur antes de ir a dormir- y para lograrlo simplemente relajó sus labios haciendo que su sonrisa hiciera liviano los 130 metros de desnivel de la colina sobre el nivel del Sena, y la hora larga que nos esperaba para alcanzar el destino.
- Además, es el sitio más romántico de París - sentenció con una de esas miradas capaces de prometer una rendición incondicional a los pies de cualquier cama.
No eran ya horas para empezar a caminar desde Vendome hacia el distrito XVIII, pero era una de esas noches con la temperatura que hace agradecer el cálido contacto del abrigo, situar las manos en el interior de los bolsillos y sentir, como una caricia, el roce de la bufanda alrededor del cuello. Tampoco estaba muy de acuerdo que aquellos parajes bohemios decimonónicos fueran los más románticos parisinos, en comparación con la ribera del Sena, a la altura de los Inválidos o determinadas vistas de la Torre Eiffel, pero no eran horas de discutir sobre el aquí o el allí, y al fin y al cabo era la noche con Nicole, y por tanto propicia para complacerla.
Nicole apenas intercambio palabra alguna en el trayecto. A veces apretaba el paso, otras ralentizaba, pero el silencio fue un cómplice adecuado para observar sus pasos, las curvas que su abrigo dejaba intuir, y su mirada pétrea, blanca , altiva como la cúpula de la iglesia. Ella lo sabía. Era consciente que mi presencia parisina residía en poseer su cuerpo todas las veces que fuera posible; ya fuera en las nubladas mañanas, las tormentosas tardes de verano , para culminar, en cualquier estación del año, en las madrugadas, deambulando entre sus más variados distritos, capaces de medir la resistencia física de nuestros cuerpos para dejarlos caer, cercanos al alba, en la lujuria nocturna más desbocada. Pero Montmartre era diferente. Nicole difuminaba su vicio, materializaba su ternura, aparentando ser más una dulce adolescente enamoradiza que una mujer madura y segura de sus deseos.
A las puertas del Sagrado Corazón, musitó: - ¿ será verdad que mañana me rindo y me marcho ? Sus ojos no parpadearon como pupilas impresionistas capturando cada una de las dovelas de la iglesia . Aquella fue la última vez que oí su voz y me dejó de piedra porque nunca había escuchado un tono que aunaba súplica y desesperanza. No pude contestar al devorarme de besos la cara, mientras que el taxi desandó con rapidez el camino y nos condujo directos al apartamento. Al despertar, a la mañana siguiente, a los pies de la cama encontré una fotografía de la noche anterior, caminando los dos con la cúpula como único testigo. Nunca supe quien hizo aquella foto, como pudo llegar hasta allí, pudiendo únicamente leer en el anverso de las misma:
Et le soir vient et les lys meurent
Regarde ma douleur beau ciel qui me l'envoies
Une nuit de mélancolie G. Apollinaire
Regarde ma douleur beau ciel qui me l'envoies
Une nuit de mélancolie G. Apollinaire
Y cae la tarde y los lirios mueren
Mira mi dolor bello cielo que me lo envías
Una noche de melancolía
Mira mi dolor bello cielo que me lo envías
Una noche de melancolía
Perplejo miré por la ventana y al fijar la vista hacia Montmartre no me sorprendió que el Sacre Coeur, misteriosamente, hubiese desaparecido.
La foto, el poema y la historia, preciosos. Yo también prefiero Montmartre a cualquier otro sitio de París, es... mágico.
ResponderEliminarUn relato bellisimo Noel, le da un aire especialmente misterioso, además del increíble encuentro, la extraña fotografía, y la desaparción del Sacre Coeur...y para rematar, Montmartre.
ResponderEliminarLa fotografía de Nicole Emparanza,
muy hermosa.
Besos.
Fantástico, Noe!!!
ResponderEliminarCómo bajaría las escaleras con el Sacre Coeur a cuestas?? :P
Besos.
Maravilloso retazo.Enigmático también.
ResponderEliminarUna especie de parálisis del tiempo donde confluye la magia del deseo,la ternura y el misterio en un adecuado paisaje parisino.
El remate de apollinaire;divino.
Te dejo de él, este poema que creo le va como anillo al dedo.
Busqué una versión en español y encontré ésta:
El adiós, de Apollinaire
Recogí esta brizna en la nieve.
Recuerda aquel otoño
en breve.
No nos veremos más.
Yo muero.
Olor del tiempo brizna leve
Recuerda siempre que te espero.
Versión de Andrés Holguín
Me ha encantado.
Besos.
A pesar de todo, aquel paseo único y distinto, acompañado de N., por un paraje singular y a la vez espectacular, dejó en su memoria el recuerdo de aquella noche triste y exclusiva.
ResponderEliminarPreciosas palabras para describir un lugar tan especial como es el Sagrado Corazón y el camino que recorrieron juntos.
Es precioso :)
un abrazo
paseos de largo recorrido en nuestro corazón
ResponderEliminarSuper tierno el relato...me encantó leerte.
ResponderEliminarTe dejo un fuerte abrazo.
Cuando desperté de este sueño al que me trasladó la magia de tu relato, afortunadamente, este seguía en la pantalla.
ResponderEliminarUn soberbio momento literario.
Felicidades crack!
tiene todos los condimentos para soñar,
ResponderEliminarPrecioso!
Dentro de cuatro años ya te contaré si desapareció o no... ;-)
ResponderEliminarMontmartre ha perdido mucho de su encanto, pero los recuerdos atesorados en esa colina arrastran los sueños y el recuerdo.
Falta la lluvia...
Siempre asocio a Montmartre esta canción
http://www.youtube.com/watch?v=CmpeKH2mpH0&feature=related
Besito, Noelito.
¡Que belleza de relato! Me fascinó... ¡todo! incluso el final con la soledad de una fotografía en la mano y una noche de melancolía en el alma.
ResponderEliminarYo en tu lugar volvería en el 16 a Montmartre...
Besitos.
A Montmartre sólo le queda el nombre.
ResponderEliminarAhora es un cebo de plástico para turistas paletos.
Me encantó tu relato, soy una soñadora empederinida.
ResponderEliminarCariños.
Me has dejado dovelada, o novelada, o lo que quieras.
ResponderEliminarMe ha gustado!
Ross S; digno de su pasado
ResponderEliminarLore;bonito recorrido de París
Merce;a lo mejor salió por el cielo
Marinel; el poema muy apropiado...la intención del fondo es esa
Esilleviana; a pesar de la separación...
Shang Yue; recuerdas ?
Cristina; siempre es un placer
Carlos;pestañea, amigo, pestañea...permanecerá
Cecy; despierto y dormido
La Zarzamora; la lluvia es preciosa y , aun decadente me encanta perderme...
Campoazul; allí estaré
Toro S; quien tuvo, retuvo...aun en decadencia
Adriana A; pues bienvenida
Duna; quedate como más te plazca
Un abrazo a todos y todas
la historia me ha parecido muy romántica, pero porque parís??? joé, Córdoba, llena de olores y encanto, Sevilla con su barrio de Santa Cruz..... vamos que no tenemos que irnos tan lejos, además mi relación con los franceses no es precisamente muy buena....
ResponderEliminarJuana la L; Córdoba es perfecta, Sevilla magnífica...Tantos lugares como uno quiera encontrar
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