Recuerdo aquel sábado de noviembre, aquella madrugada donde los termómetros no alcanzaban los cero grados. Un cala bobos que alternaba el agua fría con la escarcha helada, y que rociaba las aceras y los capós de los automóviles cuando aún estaban fabricados en hierro. Tuvo que ser una espera larga, prolongada a lo largo de tantas horas de sueño y que no culminó hasta que se anunciaba una fría mañana de nuevo. Difícilmente saldrá el sol. Típico fin de semana de un invierno adelantado. Así se las gasta Valladolid. La niebla persistente permanecerá todo el día, incluyendo la tarde y se prolongará hasta bien entrada la siguiente semana. Total, para lo que hay que ver. Pensaban muchos. No podía estar más en desacuerdo, años después.
Recuerdo las primeras semanas en aquella casa tan enana, la que sería mi casa, y las visitas de las nuevas vecinas asombradas por tanta novedad en el vecindario, y un pequeñajo que rondaba mi habitación sin atreverse a entrar. Siempre fue tímido y poco decidido. Diferencias abismales en tan corto espacio llaman siempre la atención.
El tiempo transcurrió al principio despacio. Se supone que cada nueva experiencia propiciaba que los segundos se alargaran y parecieran minutos, y los minutos a veces horas. Eran años que parecían marcianos en cuanto a su duración, y a veces uno pudiera sentirse habitante extraterrestre. La mayoría de las veces no. El balón en toda su diversidad, los partidos del estadio, las lecciones de maestros y los veranos del pueblo. Todo respondía al mismo patrón de cualquiera de los vecinos cercanos, a excepción de los del quinto ( que jamás existieron excepto en mi imaginación por no querer vivir en el último piso de un bloque de pisos mal terminado ; maldito constructor corrupto ).
El tiempo fugaz se fue aletargando cuando más difícil se hacía el camino. Pronto todo un emprendedor. Negocios para tener dinero. Guitarras con cuerdas frustradas y canciones reivindicativas. Noches que se convierten en día y días que compaginas deportes con resacas, estudios con conquistas indefinidas y primeros viajes más allá del pueblo, entre riscos, partidas de mus y libertad vigilada. Cine y más cine.
Y llega el final. Renuncia del Derecho para acabar geógrafo torcido en Moscú y maestro directo a Al - Andalus junto a Hárrison Ford, ¿ dónde podría estar mejor ?. Surgieron y no pararon la letras. A veces pienso que pudieran estar guardadas mejor.
A partir de ahí, ese frío día del mes de noviembre ya nunca jamás se ha producido. Han pasado 22 años. Y sin darnos cuenta, si sumamos todo, 50.
Muy bonito, Oscar.
ResponderEliminarMil besitos y feliz noche.
Gracias
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Feliz aniversario!!!
ResponderEliminarGracias por adelantado
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Un gusto leer emociones, eres un poeta aunque uses la prosa, felicidades. Un abrazo
ResponderEliminarGracias por los halagos
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Felicidades! �� Yo también tengo una guitarra frustrada (solo tiene 5 cuerdas) Besos.
ResponderEliminarLa mía ya ni existe
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Y qué bonito lo has contado…
ResponderEliminarPor muchos más, y muchas más letras…
Felicidades, querido amigo.
Bsoss y feliz día.
Gracias
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Feliz cumpleaños.
ResponderEliminarGracias
EliminarSaludos
Recuerda que, cuando te pregunten cuántos años cumples, siempre puedes contestar: “18”. Realmente tienes 18… y 32 de experiencia. ¡Felicidades!
ResponderEliminarDeja. No es mala edad el redondeo
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Muchas Felicidades, y qué original tu entrada. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn beso
Muchas gracias
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somos un puñado de recuerdos y sueños que no llegamos a cumplir... una entrada llena de nostalgia, sí...
ResponderEliminarNostalgia puede. Más bien es un vistazo
EliminarSaludos
Gran relato, gracias.
ResponderEliminarA ti
EliminarBienvenido
Ay aquel tiempo donde siempre sonaba una guitarra, hubiéramos hecho un buen dúo seguro :)
ResponderEliminarFelicidades querido Noel
No creo...a lo sumo coros...no tuve paciencia y habilidad suficiente para tocar la guitarra
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Cumpleaños felizzzzz!!!
ResponderEliminarToca pedir 50 deseos :-)
No vale uno? Pensar en 50...aterra
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El tiempo tiene esa costumbre de nunca dejar de corrar y sumarse...
ResponderEliminarSaludos,
J.
Afortunadamente
EliminarSaludos
Una entrada interesante: http://danielfuente.blogspot.com/
ResponderEliminarSaludos
El dolor de una persona es irreparable. Y desde luego comprensible. Y la victoria de una sociedad debe superar particularismos o grupos irreductibles que jamás pedirán perdón. Más preocupante es aquellos que se apropian de constituciones, banderas y victorias colectivas para arrogarse el derecho a vetar cualquier proyecto, incluso de presupuestos en tiempos de pandemia
EliminarTe deseo que tengas 50 veces 50 motivos de felicidad, por tu cumple y por tu excelencia de ser humano que eres.
ResponderEliminarAbrazo muy grande.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Eliminar50 veces gracias
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50 es un número maravilloso para festejar
ResponderEliminar50 besos
Y redondo
EliminarBesos
Medio siglo caminando por la geografía de este mundo... recuerdos tatuados en la memoria y expresados en este texto... recordar significa "volver a pasar por el corazón"... supongo que al escribirlo, tu corazón habrá vivido de nuevo aquellas emociones...
ResponderEliminarUn abrazo desde Pucela...
gracias compadre
Eliminarsaludos
Felicidades, pirata!!!
ResponderEliminarMedio siglo ahí es ná
:))
Besos
Y lo que espera
EliminarBesos
ResponderEliminarشركة ماسة لمكافحة الحشرات بسيهات
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