I Don´t Know How I Don´t Know Why

Estaba descansando plácidamente en un domingo de este otoño veraneado - que se va a hacer permanente en los próximos años -cuando dejé que los ojos cerrados se rindieran finalmente ante el cansancio. Y no sé cómo y no sé porqué, pero empecé a vestirte lentamente, empezando por las medias, el tanga y el sujetador, para continuar con la fina camisa amarilla con un gracioso bolsillo azul que resaltaba tu pecho, tan redondo como quedaba su trasero recién cubierto por el Levis 501 con una fina pernera rasgada a la altura de la rodilla. Y tras terminar de ajustar en sus pies sendos zapatos rojos, desperté, escuchando , y no sé cómo y no sé porqué, una llamada reclamando mi presencia desnuda.