Bizancio. Constantinopla. Estambul.
Pocas ciudades pueden ser identificadas por un simple vistazo de su silueta. No seré yo quien defienda a Erdogan y su limpieza retrógrada destinada a destruir la Turquía laica y acercarla a la repúblicas islámicas que asolan Oriente Medio. Tampoco voy a justificar el penoso papel que las potencias occidentales están jugando desde hace décadas en la zona, desestabilizando dictaduras de carácter religioso para sumirlas en el caos más absoluto, en manos de empresas occidentales, grupos radicales y extremistas y dictadores oportunistas. El alquiler de un país para recoger a los refugiados nos pone a un nivel patético y lejano de aquello que representaba, no hace mucho tiempo, Europa.
Afganistán, Irak, Líbano, Yemen, Egipto, Libia...para concluir en el desaliento de Siria, escenario de una nueva guerra fría totalmente deshumanizadora y carente de principios. El exterminio de Kurdos y la aparición del terrorismo islámico, han propiciado que esta ciudad, este país, cuna de civilizaciones viva un momento muy delicado.
He tenido la fortuna de pasar unos días en navidad en Estambul. Santa Sofía y lo que fue el palacio de Constantino; la Mezquita Azul; las cisternas; Tokapi y Dolmabache; la maravilla de la mezquita de Solimán o los delicados mosaicos de Chora, todo ello bajo la belleza de la torre Gálata, observadora del Bósforo y el mar de Mármara ( nombres preciosos ), cercana a la Estambul actual, moderna y sin complejos.
Aún aparecen hombres y mujeres occidentales, de rasgos eslavos, asiáticos que conviven con otros más apegados a la tradición y por desgracia a la imposición de una rigidez religiosa, no desconocida por nuestras latitudes y bien representada en las declaraciones de algunas autoridades eclesiásticas de nuestro país.
Probablemente sea ahora mismo lo más urgente de afrontar. Recuperar un equilibrio mundial dónde los pueblos ganen protagonismo, en su diversidad, frente a los intereses geoestratégicos y económicos que, últimamente, priman y campan por sus anchas sin miramiento alguno.
Sé que es ciencia ficción lo que planteo. Seguiré interesándome por el devenir de estos lugares, en los cuales , cuando estás, sientes que son algo tuyos, denunciando en cuando sea necesario todo aquello que sea injusto y que dependa de nuestro gobierno, de la UE, tan responsable en su incapacidad de ser guía del mundo, frente al avance de líderes como Putin o Trump.
Bizancio. Constantinopla. Estambul. Pocos pueden presumir de portar tanta historia y esperemos que se mantenga viva para el futuro. Yo estoy deseando volver. La intolerancia basada en el miedo no nos puede parar.
Dos veces he estado a punto de ir, dos veces que fallaron.
ResponderEliminarPero ya ves, leerte y estar.
Saludos.
la próxima vez ve y recuerda mis palabras, si te apetece
EliminarPor suerte estás de vuelta...
ResponderEliminarTus letras (como tantas veces) nutren el conocimiento.
Las fotos son un golpe visual de historia (impactan en grande)
Un beso Oscar
Un placer coincidir contigo
EliminarUn beso
Hola profe! Te deseo un gran año. Creo que este post debería salir a diario en los informativos con máxima audiencia. Así la mentalidad de la inmensa población mundial iría cambiando y transformándose.
ResponderEliminarUn abrazo
cobraría royalties?
Eliminaractuemos localmente y esperemos que todo vaya cambiando, poco a poco
besos
Una gran pena como está el panorama. Y tú eres un valiente.
ResponderEliminarBesitos
la valentía es la de aquellos que se enfrentan, día a día, a la cruda realidad
Eliminarbesos
Muy valiente y oportuno. Un reportaje cargado de verdad desde el corazon, sin perder la objetividad.
ResponderEliminarUn abrazo.
una visión que intenta transmitir lo que uno siente, sin más
Eliminarbesos
Mi aplauso a tu magnífica disertación sobre lo que prevalece en esos lugares que citas. Lo debiera prevalecer en otros donde reina la inoperancia e inutilidad, además de una indiferencia ante el horror, vergonzosa e inadmisible.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPues esperemos que así ocurra
EliminarBesos
es increíble que caminemos hacia atrás... y mienta Don Dinero mande.... difícil lo tenemos
ResponderEliminarbesos
Habrá que poner límite a esos grupos que viven por y para el dinero
EliminarBesos
Un maravilloso lugar, como dices es tb parte de nuestra vida, nos lo enseñan con pocos años , en esas clases de arte y de historia de las civilizaciones, si te atrapa deseas ir, es un pendiente entre tanto pendiente cuando se desea patear y mamar vida, historia y tierra sss.
ResponderEliminarTantos lugares maravillosos...Y tanta sangría de vida desde siempre.
Será utopía la paz, aún así quien no la desea y cuánto más la añora cuando se está al filo del temblor.
Un beso y un placer
Pues lo has resumido muy bien
EliminarBesos y bienvenida
Estuve y volveré a estar, sólo se puede sentir lo que transmiten esos países pisando sus calles y respirando su olor. Triste la realidad de hoy en día, el ser humano no valora.
ResponderEliminarBesos.
Un lugar mágico que desprende magia
EliminarBesos
Lo que planteas es ciencia ficción, como tú dices. Una utopía porque no hay forma de hacer las cosas bien. Las gentes no la hacemos limpia, así nos vaya la vida, oye.
ResponderEliminaralgunas más que otras
EliminarGracias por el paseo...
ResponderEliminarUhmmmmmmm
hay que volver
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