Partido

Era el final de la primera parte.

Aprovechó para recoger la mesa, dejar el vaso, el plato y los cubiertos en el fregadero, tirar a la basura el envase del yogurt y la servilleta usada, para terminar en el aseo, aliviarse, lavarse las manos y tener en la mano el cepillo de dientes, pero al momento dejarlo, y, sonriendo,abrir el armario y coger lo que le reclamó desde su cálida voz, inconfundible en aquellos precisos momentos.

Al inicio de la segunda, sustituyó la rígida mesa por el futon japonés del dormitorio; vaso, plato y cubiertos dejaron paso al alargado regalo de los ultimos Reyes Magos, aún en su envoltorio de plástico y que terminó en un verdadero  ovillo junto a las instrucciones y la garantía redactada en 10 idiomas; tenía 45 minutos, como poco para culminar el partido. E incluso, él, ya pensaba en un empate,  y recurrir a la nata, en la prórroga.