El curioso, enigmático, rimbombante y absurdo caso de mi segundo seudónimo, en este caso, NoelPlebeyo

Una de mis características más peculiares es recurrir al absurdo. Fácil ; oigo un comentario, cualquiera, y yo salgo por la tangente, con ironía, sin venir a cuento o por los cerros de Úbeda, con más o menos acierto, con más o menos gracia, si bien quien ya me conoce tampoco se sorprende, y no le queda otra que reir, sonreir más bien, por no llorar, y pensar:

pobrecito, que se le va a hacer. - ¿ se le habrá olvidado tomar alguna pastilla ? -
A lo cual le respondería, caso de poder leer las mentes ( que a veces lo hago ) - El lacasitos -
- Con este botón de muestra queda todo dicho, ¿ verdad ? -

Voy a desvelaros uno de estos absurdos, que no es otro que El curioso, enigmático , rimbombante y absurdo caso de mi segundo seudónimo, Noelplebeyo, por otro lado, fácilmente deducible para mentes preclaras y lógicas, como las vuestras.

Primero lo de Noel. No, no es por Papá Noel, que más quisiera ese rojo barrigón ( en eso es en lo único que nos parecemos ) , sino que es simplemente un juego, una especie de anagrama con las letras de mi primer apellido, León, aunque bien podía haber resultado Leno, Lone, Enol, Olen ( este suena bien ) y unas cuántas más combinaciones que , si veis conveniente, podéis apuntar en una servilleta de papel , mientras dais vuelta al azucarillo ahora ya disuelto de vuestro café, para después limpiaros los labios con mis posibles seudónimos e impregnarlos en vuestra tersa piel sonrosada.

Lo de Plebeyo, de la Plebe o propio de ella, viene a ser el adjetivo definitorio de mis orígenes, y en cierta medida , de esa curiosa unión, me siento así. Como un poeta en el limbo, como un narrador de historias vividas o inventadas, y que surcan libres, como versos sueltos, en el campo de mi absurda imaginación para ser plasmadas, con mayor o menor acierto, con menor o mayor gracia, en un papel que se libra de la papelera o en un cuidadoso archivo de Word.

Y diréis con razón, ¿ dónde esta lo de curioso, enigmático, rimbombante y absurdo de esta historia ? Leer más abajo, muy pronto asoma...

En uno de mis múltiples viajes a París, me desplacé al Cementerio de Pére - Lachaise, atrapado en esa poderosa sensación que supera la mera belleza artística de este monumental cementerio , por poder ver los definitivos aposentos de muchas almas (algunas de ellas descarriadas ) y que tuvieron su papel en la Historia, como héroes o villanos, como referencias generacionales o personajes injustamente olvidados; sea como fuere, fue allí cuando vi que mi seudónimo era el acertado, al observar en esa marabunta de tumbas, propias del tercer estado, como desde el otro lado me lanzaban un guiño, él cual nunca he olvidado.

He buscado y no sé quien es y en otro viaje volví ,pero ya no encontré su tumba.
Bueno, la cara aún es de alucinado, la mía. La suya, más bien mira hacia otro lado.