Todas las personas llevamos un calendario particular.
Los años empiezan y acaban cuando a uno se le antoja o así decide. Por ejemplo, un deportista en el momento de iniciar la competición, pongamos septiembre, y finaliza en junio, al acabar la temporada. Hasta aquí nada nuevo.
Y como tal planificamos, consciente o inconscientemente, nuestros esfuerzos, anhelos, ilusiones, en pos de uno o varios objetivos, a realizar a lo largo o al finalizar el citado año. Incluso, en el devenir habitual, a mí me pasa, acontecimientos globales, por ejemplo, Año Nuevo, ya los ves insertados en tu particular calendario y no tienen la relevancia que pretendidamente la Sociedad les quiere otorgar. ¿ No os ocurre algo parecido ?.
Lo malo son los contratiempos. Cuando debes modificar el calendario por exigencias de guión, cuando son los percances los que modelan tu planificación y de pronto debes parar y decir: " pues esto, aquello y lo de más allá no va a poder ser en este año". Entran en juego los verbos cancelar, posponer, abandonar, dejar de lado... todos aquellos que se os pueda ocurrir, acompañados por los relativos a la resignación y la impotencia de no poder gobernar tu tiempo.
Te encuentras, pues, sumergido en un calendario modificado por decisiones que el azar, la fortuna te han obsequiado sin que puedas ser más que un mero espectador.
Pero se me ha ocurrido, que estoy en estas dolorosas circunstancias, el remodelar el azaroso calendario del destino por otro, llamémosle, de aquellos proyectos viejos y olvidados, aquellas cuentas pendientes que el trabajo, los estudios, la pareja, o la propia dejadez y pereza han propiciado el no hacerlos nunca, o bien dejarlos a medias.
Por tanto, mi nuevo calendario, aparte de la necesaria recuperación física, va a consistir en leer aquellos libros que aún están precintados, estudiar y poder dentro de un año conversar mínimamente en inglés, retomar una historia que lleva escrita en mis neuronas 8 años, y ya que estoy, en plan ambicioso, y contando con tantos meses por delante, escribir estas historias que sois vosotr@s quien tenéis que terminar. No iba a hacerlo yo todo, vamos.
bueno modificamos el calendario, aceptando el momento, soñando con otro
ResponderEliminarte deso que una recuepracion en breve, mientras tanto te dejo mi abrazo y mis visitas
Yo te sugiero que lo aproveches... que si tu cuerpo te dice "mmmm... me apetece parar un tiempito", pares, y que hagas todas esas cosas que si estuvieras en otro tipo de movimiento no harías... No hay sombra sin luz.
ResponderEliminarGracias. Estoy en ello y ya he empezado a hacer cosas que corrían el riesgo de caer en el olvido.
ResponderEliminarhe venido a ver como estas
ResponderEliminary decirte que disfrutes ahora puedes leer, esciribir, hacer todas aquellas cosas que antes lo tenías que hacer sin ganas
mira el medio vaso llen
siempre la parte llena
Primer vistazo a tu blog, estoy segura de que pasaré a visitarte. Acabo de terminar un año sabático, lo decidí en el momento preciso , ni que decirte tengo que aproveché para hacer todas esas cosas que vamos dejando apartadas mientras "vivimos". Cierto es que aún me quedan muchas por hacer.
ResponderEliminarAsí que empieza hoy mismo, que el tiempo vuela.
Gracias por tu visita.